Estaban los alumnos de la Esti muy orgullosos
porque con su estudio salen airosos.
La flaca, celosa, se puso a pensar
que allí quería estudiar.
Estudiaba, pero siempre reprobaba
y a los docentes siempre se llevaba.
El dire, cada día que pasaba, solo se quedaba,
pues la flaca con los docentes se desquitaba.
Los subdirectores valentía demostraron
y un trato con ella acordaron.
Un examen de Historia tenía que aprobar,
la garbancera tan vieja como el mundo se confió,
pero a los maestros no pudo ganar.