suena y suena la campana
y no acaban de llegar.
Los maestros soldados
que no quieren trabajar,
pues muy temprano
los hicieron madrugar.
La flaca, muy mona,
los estaba esperando,
pero al ver a los alumnos
en bola…
“mejor a estos me voy llevando”
Pero ellos, muy listos
le dijeron: “ora, ora,
mi señora, mejor
llévese a los maestros
que ya va siendo su hora.
Entonces ella muy decidida,
se dirigió a la oficina.
Al primero que llegó
la Flaca lo detuvo
“hoy no pasará maestro,
pues me lo llevo yo”
“No, mi flaca chula
yo soy el director
y en esta escuela
mando yo”
La flaca muy triste
se quiso desquitar
con los de 1° y 2°
se los quería llevar
“¿Cómo cree usted mi flaca
que nos va a llevar?
Teniendo tantas planeaciones
que debemos aplicar.”
Así siguió de largo
para 3° y 4°
queriéndoles pegar
un susto de espanto.
“Disculpe usted” le dijeron,
pero entre clubes y
evaluaciones
ya estamos curados de espanto.
Angustiada y preocupada
la flaca se sentía
pronto sonaría el timbre
y no se llevaba
a nadie todavía.
Entonces miró a lo lejos
a 5° y a 6°, que estaban muy quietos
“¡Hola, ya he llegado” les dijo
“Qué bueno que llega, pues le tenemos una queja.
Ya nos sabemos qué hacer,
con tanto que resolver
así que ahí se lo dejamos,
nosotros hemos terminado.”
Y ahí se quedó
la flaca triste y sola
en medio de una bola
de planeaciones, clubes
y muchas evaluaciones.
Lirio Lorena Arellano Anaya