Esta palabra la usamos en México para referirnos a una persona que demuestra excesivamente sus sentimientos hacia una pareja, quizá hacía algún amigo y se pasa de empalagoso. Sin embargo, el significado ha evolucionado un poco. Antes era más común que se usase para designar a personas, moda, vestimenta o incluso muebles o edificios que pretendían ser elegantes y refinados, pero que se excedían hasta parecer ridículos. Definición que hoy en día podemos encontrar en el diccionario de la Real Academia.
La raíz del término es difícil de rastrear, pues a su alrededor giran algunas leyendas. Se dice que en Cádiz, en la primera mitad del siglo XIX, llegó a vivir una familia francesa cuyas hijas eran prepotentes y su forma de vestir se consideraba más bien ridícula. El apellido de esta familia era Si Cour, por lo que los habitantes de aquella ciudad comenzaron a utilizar su nombre para designar aquello que era elegante, pretencioso o ridículo, solamente que voltearon las sílabas del apellido. También se dice que podría tener origen en la palabra kursi, término árabe para trono. Teorías hay muchas, aunque pretextos para ser cursi también.