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El cambio en el enfoque de la educación ha puesto a los alumnos al centro de este proceso y con ello se han transformado también todo al interior de las aulas, desde los contenidos que se imparten hasta la evaluación. En este último ámbito, algunos docentes han experimentado con nuevas aproximaciones, pues la evaluación tradicional no siempre toma en cuenta los factores que podríamos considerar importantes en el aprendizaje de los alumnos, un diez en un examen no siempre refleja el trabajo o el avance de un alumno, ni toma en cuenta otros aspectos importantes en el aprendizaje, ciertas habilidades o detalles que requerirán los estudiantes en el futuro.
Las rúbricas de evaluación forman parte de una metodología que ha puesto sobre la mesa una nueva visión sobre la evaluación, una en la que participan los propios estudiantes, mucho más conscientes de los elementos que se evaluarán y de las características que deben tener sus tareas o proyectos. ¿Ya las conoces? ¿Las has puesto en práctica? Aquí hablamos un poco al respecto.
En términos descriptivos y simples, las rúbricas son tablas en las que se enlistan claramente las características que se tomarán en cuenta al evaluar una tarea o un proyecto, descritas gradualmente desde los rasgos de los trabajos excelentes hasta los menos logrados.
En la primera columna se describen los aspectos específicos que se evaluarán, por ejemplo: ortografía, extensión, calidad de la información, puntualidad. En la primera hilera se dividen los grados de realización, excelente, aceptable, regular, insuficiente, por ejemplo. Y en cada casilla se describen las características que coincidan con cada una de los aspectos a evaluar y el grado de desarrollo.
Este método de evaluación está muy relacionado al aprendizaje por competencias, por lo que en los aspectos suelen aparecer dimensiones específicas demostradas en las tareas, como la participación, el respeto, la creatividad, por lo que una rúbrica de evaluación no sirve solamente para hablar de una tarea específica, sino que puede ser útil para determinar el desempeño en el salón de clases en general. Lo importante es que las descripciones hacen menos abstractos estos conceptos, al enlistar lo que esto significa y en qué consiste.
¿En qué nos beneficia el uso de las rúbricas?
Muchos estudiantes se sienten confusos al recibir sus calificaciones en tareas y proyectos que no se califican con respuestas correctas o incorrectas, desde los tradicionales ensayos hasta metodologías como el Aprendizaje Basado en Proyectos, que implican un trabajo más complejo, pueden resultar confusos para el alumnado, que no se siente seguro de por qué han obtenido cierta nota o si su trabajo cumple con las expectativas de su docente.
Las rúbricas, por su parte, ofrecen una guía clara y concisa de las características que se evaluarán en sus resultados, lo que además permite la calificación entre pares y la autoevaluación, pues antes de entregar un trabajo podrán revisar las rúbricas y evaluar si cumplen con los requisitos planteados y en qué grado de desempeño se sitúan.
Debido a esto es muy importante que las rúbricas sean claras, concisas y detalladas, que describan a la perfección los aspectos que se tomarán en cuenta y que los alumnos estén conscientes de lo que significa cada uno de ellos.
Así como crear los reglamentos del aula en conjunto con los alumnos sirve para asegurar el cumplimiento de las reglas, la formación de rúbricas junto con ellos es muy útil para establecer una dinámica constructiva en un ambiente de seguridad entre los estudiantes. Para esto el docente funge como guía, pero los alumnos pueden describir por sí mismos en qué consistirán estos parámetros, lo cual dejará claro desde el inicio cuál es la mejor ruta para trabajar.
Por otro lado, da al alumno agencia sobre la evaluación de su trabajo, al permitirles conocer desde el inicio del proceso cuáles son las expectativas planteadas, lo que cambiará por completo la perspectiva que tienen de su propio aprendizaje, al hacerse concreto y medible.
Aunque se trata de una herramienta muy útil para los estudiantes, los docentes también se pueden ver beneficiados por este proceso y es que crear una rúbrica de evaluación hace de este proceso algo mucho más sencillo, eficiente y limpio, revisar tareas o proyectos complejos puede ser muy confuso y desgastante, incluso para el docente que tiene en mente cuáles son los aspectos a calificar, pero a través de una rúbrica podemos hacer de esto algo más simple, una guía estandarizada nos servirá para evaluar mejor, así como para involucrar a los alumnos en este proceso.
¿Has puesto en práctica este método de evaluación? ¡Cuéntanos tus experiencias y comparte con la comunidad de docentes!